La flora mas importante de España


 El olmo: El olmo es un árbol que puede llegar a los 30 m de altura, de copa densa, irregularmente ovoidea, y tronco habitualmente recto. Su corteza es lisa e inicialmente de color marrón grisáceo, aunque se oscurece y fisura al envejecer. Sus ramas son erectas, con las ramillas secundarias dispuestas regularmente en dos hileras opuestas (dísticas). Estas ramillas suelen ser lisas y brillantes, aunque no es raro que presenten costillas suberosas. Las hojas son simples y caducas, en disposición alterna.
 El haya: El haya en la provincia de Huesca alcanza entre 25 y 35 metros de altura en las mejores estaciones presentando, normalmente, un tronco liso hasta edades avanzadas y columna si está formando una masa densa. Este árbol es de hoja caduca, de color verde claro, peciolo corto y limbo suave aovado-elíptico. En los ramillos jóvenes, las yemas presentan una distribución en zigzag muy característica y muy visible en el invierno.
 El roble: El roble son una serie de árboles caducifolios distribuidos por América, Asia y Europa, encontrándose desde los 0 hasta los 2000 metros sobre el nivel del mar, creciendo sobre terrenos a menudo libres de cal. Sus hojas son grandes, de hasta 18cm de largo, con los márgenes muy dentados, de color verde excepto en otoño que se vuelven amarillentas o rojizas antes de caer.
 La sabina: La sabina albar puede alcanzar los 20 m de altura, aunque lo normal es que apenas sobrepase los 8 m. Su corteza es gris cenicienta y el porte piramidal. Las ramillas son algo planas y ásperas al tacto, a diferencia de la sabina negral. Están formadas por hojas en forma de escama, de un verde intenso, y que aparecen imbricadas como las escamas de los peces. Sin embargo, se pueden ver hojillas recién salidas y jóvenes que son como las de los enebros, en forma de pequeña aguja. Los ejemplares suelen tener los conos masculinos y los femeninos separados en el mismo pie de planta. El fruto (en realidad falso fruto), que se llama gálbulo, es azul oscuro o púrpura al madurar, globoso y mide de 7-8 mm. Suele tener una capa blanquecina como si tuviera polvo.
El eucalipto: El eucalipto debe ser, con diferencia, el árbol más odiado: tiene raíces muy invasivas, no deja que nada crezca debajo ni alrededor suyo, es capaz de empobrecer suelos,… en fin, con estas cualidades, nadie se plantea poner uno en su jardín.
 El castaño: El castaño es uno de los frutales más cultivados en todas las regiones templadas del mundo: no solo por su fruto, que está delicioso, sino también por su valor ornamental y su rusticidad. Por si fuera poco, es una de esas plantas que, a medida que van creciendo, proporcionan una agradable sombra, algo que sin duda se agradece en verano.

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